EL PACTO DE LA HABANA
La historia
política de la Venezuela contemporánea quedará marcada para siempre por un
evento político, que en realidad podemos titular como uno de los principales
“negocios políticos” emprendidos hace pocos días por dirigentes de lo que
podemos llamar el “neocomunismo” latinoamericano: estamos hablando de un
cónclave realizado en la ciudad de la Habana, Cuba, con la presencia de Raúl
Castro, Ramiro Valdez en representación de Cuba, y de Maduro, Cabello, Cilia
Flores, Luisa Ortega, Luisa Estela Morales, el Magistrado Carrasquero y otros ,
en representación de Venezuela. El “negocio” que llamamos el Pacto de la Habana
pretende darle sustentabilidad y viabilidad a mediano y largo plazo a los
regímenes de Cuba y Venezuela, actuales representantes fieles, en el escenario
político latinoamericano, de lo que podemos llamar el “neocomunismo americano”.
La viabilidad de los regímenes de Cuba y Venezuela, así como el apoyo de
Gobiernos latinoamericanos afectos o simpatizantes de su corriente política,
deviene fundamentalmente de los recursos petroleros con que cuenta Venezuela,
vale decir del patrimonio de todos los venezolanos.
El análisis
político conclusivo que surgió de ese cónclave en la Habana, que precariamente
da sustento al Pacto de la Habana se basó en la apreciación venezolana de que
se trata de una reelección, y esta circunstancia permitiría instalar un
gobierno de facto con la batuta de Nicolás Maduro, a partir de la convicción
que aparecerá en todos los venezolanos el día 10 de Enero próximo, de que Chávez
no volverá a gobernar por haber muerto en manos cubanas.
El significado
político-social de este Pacto para la nación venezolana, se revela obvio:
·
En primer lugar, queda
demostrado de manera incontrovertible, que la presencia de todos los máximos
funcionarios venezolanos de cada uno de los Poderes Públicos en la reunión
donde se suscribió tal Pacto, pone en evidencia que el Gobierno “venezolano”,
de manera cierta e indubitable, reside en la Habana, y que sus dictados,
instrucciones y líneas políticas surgen en la cúpula castrista, gobernando, y
realmente sometiendo, a todos los venezolanos.
·
En segundo lugar, que el
sostenimiento de los regímenes comunistas de América no se logra mediante el
adoctrinamiento de sectores de la población sometida, o mediante trabajo social
en los sectores depauperados para mejorar sus condiciones de vida, sino
mediante la “compra” de voluntades, no tan sólo dentro de la nación sino
también en naciones foráneas, que permita garantizar apoyos políticos de largo
plazo; pero, también lo han venido logrando, mediante la pseudolegitimación del
comunismo mediante el voto manipulado en elecciones disfrazadas y regidas por
poderes electorales sometidos y gobernados desde Cuba, como en efecto ha venido
ocurriendo en nuestra nación, en Ecuador, Bolivia y Nicaragua. Esta compra de
voluntades no se hace con promesas sino con reparto demagógico de asistencias
directas y dinero en efectivo, para lo cual se requiere indudablemente echarle
mano a los cuantiosos recursos financieros de la nación petrolera y
políticamente más débil, en todo el escenario latinoamericano: Venezuela.
·
En tercer lugar, refleja
dolorosamente, ante la mirada de todo el mundo, que la nación Venezolana se
muestra impávida, pasiva e inerte, ante la mayor infamia a la que ha sido
sometida en toda su historia. Con ello se demuestra que la anomia social, es
una enfermedad social severa, que podríamos catalogar como si se tratara de un
debilitamiento inmunológico severo, que le imposibilita de manera consciente
asumir conductas correctoras, que le permita evitar los desvíos y
manipulaciones de su vida social, de su vida política, del imperio de su
Constitución como dictado rector de la convivencia ciudadana. La anomia social
que sufrimos como colectivo, al igual que las enfermedades del ser humano, no
surge por azar o por dictado de un Ser Supremo, tienen una causalidad que
genera las condiciones predisponentes, desencadenantes y determinantes de tal
condición social. En el caso venezolano, se refleja una condición predisponente
y determinante y es el debilitamiento político progresivo (equivalente al
debilitamiento inmunológico); es, por ello, que muchos sectores de la nación
declaran insistentemente que “no tenemos oposición”. Con ello quieren decir,
que si bien es cierto que contamos “nominalmente” con una oposición, ésta no
cumple un verdadero rol “linfocitario” o sea la de defender como una “tropa”
con medidas eficaces y eficientes para abatir la “infección” que consume la
energía social y que socava su régimen de libertades. Vale decir, estamos todos
conviviendo en una masa social, que realmente no tiene capacidad de respuesta
para corregir el rumbo de depauperación y de disolución de nuestra vida
republicana. Ya en estos momentos actuales, dejamos de ser una República
soberana y pasamos a convertirnos de hecho en una colonia cubana.
·
¿ Cómo cambiar este estado de
cosas?. Como lograr la capacidad de respuesta requerida para modificar nuestro
status de coloniaje, que sujeta nuestra historia actual y amenaza la usurpación
de nuestra historia futura, arrebatándonos lo único que podemos legar a
nuestros hijos y nietos. Los venezolanos, frente a esta hora aciaga, tienen su
reto mayúsculo, como ningún otro en toda su historia, y nos atrevemos a decir,
incluso superior a la dominación española que nos impulsó a la guerra de
independencia. Pero debemos entender, que la anomia social es una circunstancia
enfermiza que presenta una inercia que impide la articulación de medidas
sociales para combatir la lesión que la aqueja. El músculo social se postra,
queda inerte y progresa hacia la declinación de su organismo. Al igual que
nuestros linfocitos, deben surgir por iniciativa propia factores sociales bien
motivados, que se dispongan a enfrentar, mediante medidas coherentes, eficaces
y eficientes, todo elemento perturbador de nuestra vida social, amenazante de
la coherencia social y la pervivencia de la sociedad venezolana. La historia
universal está pletórica de estas insurgencias de individualidades y grupos
humanos que determinan el cambio de rumbo histórico de una sociedad.
·
A modo de conclusión sometemos
al análisis de interesados, nuestra propuesta surgida en el seno de nuestra
Organización en el año 2007, que permitiría convocar a todas las voluntades
nacionalistas que están inmersas en la sociedad venezolana y que conforman
definitivamente su mayoría, para así cambiar el rumbo de colisión interna y
disolución de la vida republicana que ha sido determinado
por el Pacto de la Habana.
EL
FORO ACADEMICO DEL ESTADO ANZOÁTEGUI
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