Lo que faltaba para unir todo el proceso de deslinde de Hugo Chávez Frías con Heinz Dieterich y viceversa, el del que pasó de mentor, ideólogo y consentido del proceso rojo venezolano a ser casi un paria y enemigo del gobierno militar-cívico del comandante presidente venezolano.
Con detalles exactos revela Dieterich su ruptura, o la de Chávez con él.
Arranca el otrora consentido de la revolución contando, por etapas, como se fue separando el presidente venezolano de su asesoría, conceptos y hasta de su amistad.
La discrepancia comienza el 13 de agosto de 2005 en medio del Festival Mundial de la Juventud en el Teatro Teresa Carreño. Dieterich cita a un edecán presidencial que lo invita de esta forma:
“Doctor, al terminar este evento, Usted va con el Presidente en su carro a Fuerte Tiuna  (Base militar de Caracas, H.D.), donde van a explicar a cuatrocientos invitados internacionales, lo que es el Socialismo del Siglo XXI.”
Luego pasa a comentar una reacción del caudillo:
Dije esto que no le gustó a Chávez: Prioricé la verdad y dije: “Aquí no hay socialismo en el sentido histórico del término. Lo que se hace es crear las condiciones para una sociedad más justa […] Venezuela estaba destruida por una mala administración y la estrategia que escoge el Presidente Chávez para reconstruirla es la misma que usó Alemania después de su destrucción, en 1945: la economía social de mercado […] El socialismo del siglo XXI sería la transición de lo actual hacia una economía que no será para el crecimiento individual”
La reacción del Presidente fue fuerte e inmediata. En cuanto tomó el micrófono reiteró varias veces, molesto, que: “En Venezuela el socialismo es y será cristiano y bolivariano”. Después de su discurso el evento terminó y él y su escolta se fueron.
Luego Dieterich comenta situaciones como las del General Raúl Baduel en las que delante de Chávez le espetó con claridad:
“El término Socialismo lamentablemente no tiene un significado uniforme…y de allí quizás la incertidumbre… que se genera en algunos sectores de la vida nacional cuando siquiera se le menciona. El llamado del Señor Presidente Hugo Chávez a construir el Socialismo del Siglo XXI, implica la necesidad imperiosa y urgente de formalizar un modelo teórico propio y autóctono de Socialismo que esté acorde a nuestro contexto histórico, social, cultural y político. Hay que admitir que este modelo teórico hasta los momentos, ni existe ni ha sido formulado y estimo que mientras esto sea así, persistirá la incertidumbre en algunos de nuestros grupos sociales”.
La próxima etapa del desacuerdo:
“Sin embargo, el Presidente montó en cólera y, entre otras cosas que no viene al caso relatar, dijo: “¿Donde está Heinz y porqué no se ha acercado más?” El Ministro le dijo, que yo estaba haciendo lo de siempre    —trabajar en la universidad—  y que me había cansado de buscarlo en el laberinto de su burocracia. Chávez llamó de inmediato a su Ministro de la Presidencia y le ordenó contactarme”.
De allí, el alemán-mexicano detalla como las anunciadas llamadas de Miraflores no se concretaron nunca a pesar de que le pedían constantemente su teléfono para llamarlo.
El cierre de este recuento es lapidario:
“Hoy día, la gran oportunidad de Chávez de construir el primer Socialismo científico y democrático del Siglo XXI, se ha perdido para siempre. Y la estructura presentada como tal, efectivamente, no pasa a ser más “que una humilde choza, levantada sobre los cimientos de un rascacielos”, que construyeron Marx y Engels”.

El día de la ruptura con Hugo Chávez

Hoy día, la gran oportunidad de Chávez de construir el primer Socialismo científico y democrático del Siglo XXI, se ha perdido para siempre.
Heinz Dieterich - Kaos en la Red

1. Ruptura en el Festival Mundial de la Juventud

El día 13 de agosto de 2005, en el marco del Festival Mundial de la Juventud, el Presidente había autorizado un gran acto público sobre el Socialismo del Siglo XXI, en el Teatro Teresa Carreño. Ante dos mil dos cientos participantes de todo el mundo, Darío Vivas, Nicolás Maduro y Yo explicaríamos el nuevo orden social. Después de mi intervención, el Presidente pronunciaría las palabras de la clausura.
Darío, Nicolás y yo preparábamos nuestras ponencias en un camerino, cuando nos llamaron a la mesa. Ya sentados, se acercó un mayor de la escolta del Presidente y dijo: “Doctor, al terminar este evento, Usted va con el Presidente en su carro a Fuerte Tiuna  (Base militar de Caracas, H.D.), donde van a explicar a cuatrocientos invitados internacionales, lo que es el Socialismo del Siglo XXI.”

2. ¿Verdad científica o compromiso diplomático?

Hablar ante más de dos mil jóvenes del mundo sobre el Socialismo del Siglo XXI era una oportunidad única para dar a conocer la teoría del nuevo socialismo científico. Pero, la oportunidad entrañaba un dilema. Mientras la razón de Estado y los imperativos diplomáticos aconsejaban decir lo políticamente correcto —que Venezuela avanzaba triunfalmente por la vía anticapitalista del Socialismo del Siglo XXI—  mi ética científica y   política me obligaba a hablar con la verdad ante la juventud mundial.
Prioricé la verdad y dije: “Aquí no hay socialismo en el sentido histórico del término. Lo que se hace es crear las condiciones para una sociedad más justa […] Venezuela estaba destruida por una mala administración y la estrategia que escoge el Presidente Chávez para reconstruirla es la misma que usó Alemania después de su destrucción, en 1945: la economía social de mercado […] El socialismo del siglo XXI sería la transición de lo actual hacia una economía que no será para el crecimiento individual […] La idea sería volver […] a la economía de equivalencias, democráticamente planeada por los ciudadanos, que no opera sobre los precios sino sobre el valor (el tiempo invertido en el producto) […].”

3. La reacción del Presidente

La reacción del Presidente fue fuerte e inmediata. En cuanto tomó el micrófono reiteró varias veces, molesto, que: “En Venezuela el socialismo es y será cristiano y bolivariano”. Después de su discurso el evento terminó y él y su escolta se fueron. El mayor no volvió a la mesa para llevarme al carro del Presidente, como se había convenido, y yo, por dignidad elemental  —que todo ciudadano debe tener ante cualquier funcionario de Estado— tampoco me acerqué a él, ni a Hugo Chávez.

4. La ruptura definitiva

El 14 de junio del 2007, presenté la vigésima reimpresión de mi libro, Hugo Chávez y el Socialismo del Siglo XXI, en el Teatro Teresa Carreño, con el ex Procurador General de la República y Diputado de la Asamblea Nacional, Carlos Escarrá Malavé, y el Ministro de Defensa, General en Jefe Raúl Isaías Baduel. Ambos habían contribuido prólogos a la obra. Invité al Presidente, pero no pudo participar.
En el prólogo del libro y en la presentación, el Ministro de Defensa dejó claro que estaba de acuerdo con un Socialismo del Siglo XXI científico, democrático y concordante con la idiosincrasia venezolana. El 18 de julo del 2007, en su discurso de entrega del Ministerio de Defensa, el General reiteró ante el Presidente, las Fuerzas Armadas y la televisión, su posición frente al nuevo socialismo proclamado por Hugo Chávez.
“El término Socialismo lamentablemente no tiene un significado uniforme…y de allí quizás la incertidumbre… que se genera en algunos sectores de la vida nacional cuando siquiera se le menciona. El llamado del Señor Presidente Hugo Chávez a construir el Socialismo del Siglo XXI, implica la necesidad imperiosa y urgente de formalizar un modelo teórico propio y autóctono de Socialismo que esté acorde a nuestro contexto histórico, social, cultural y político. Hay que admitir que este modelo teórico hasta los momentos, ni existe ni ha sido formulado y estimo que mientras esto sea así, persistirá la incertidumbre en algunos de nuestros grupos sociales. (…)
“En el Aló Presidente del 27 de marzo de 2005, el Señor Presidente Chávez indicó, cito: >el Socialismo de Venezuela se construiría en concordancia con las ideas originales de Carlos Marx y Federico Engels<… Reiterando lo que al respecto he mencionado en una oportunidad anterior, si la base para la construcción del Socialismo del Siglo XXI es una teoría científica de la talla de la de Marx y Engels, lo que construyamos sobre ella no puede serlo menos, so pena de que la estructura construida no pase a ser más que una humilde choza, levantada sobre los cimientos de un rascacielos.”

5. Reacción violenta

Para toda persona racional era claro que ese discurso del militar    —que le salvó la vida al Presidente durante el golpe militar del 2002 y quién salvó a la Patria de una tiranía que iba a ser un híbrido entre la dictadura militar de Pinochet (Chile) y la de Micheletti (Honduras) —   era una demanda legítima y una oferta de cooperación en la construcción del Socialismo del Siglo XXI. Sin embargo, el Presidente montó en cólera y, entre otras cosas que no viene al caso relatar, dijo: “¿Donde está Heinz y porqué no se ha acercado más?” El Ministro le dijo, que yo estaba haciendo lo de siempre    —trabajar en la universidad—  y que me había cansado de buscarlo en el laberinto de su burocracia. Chávez llamó de inmediato a su Ministro de la Presidencia y le ordenó contactarme.

6. La burocracia quema las últimas naves

Algunos días después sonó mi teléfono de casa. Era Miraflores. El Ministerio de la Presidencia quería “verificar” mi número de teléfono. Dentro de dos horas el Ministro de la Presidencia me iba a llamar, porque el Presidente quería hablar conmigo en un país que iba a visitar pronto. La llamada del Ministro de la Presidencia nunca se concretizó y cuando finalmente pedí explicaciones a Miraflores, la oportunidad del encuentro ya había pasado, porque el Presidente se había regresado a Venezuela. A mi pregunta, de por qué no me habían avisado a tiempo, una directora del Ministerio de la Presidencia me dijo, que tuvieron problemas para encontrar mi número telefónico.

7. Una humilde choza

Hoy día, la gran oportunidad de Chávez de construir el primer Socialismo científico y democrático del Siglo XXI, se ha perdido para siempre. Y la estructura presentada como tal, efectivamente, no pasa a ser más “que una humilde choza, levantada sobre los cimientos de un rascacielos”, que construyeron Marx y Engels.