Gadafi se siente fuerte e intenta tomar el puerto petrolero de Brega
ABC fue testigo de cómo, en dos ocasiones, bombarderos Mig dejaron caer su carga sobre la población en la zona de la Universidad y el aeropuerto
Día 03/03/2011
Los combates que mantienen el Ejército libio y las tropas rebeldes al este del país, epicentro de una economía basada en los hidrocarburos, podrían ser el preámbulo de una guerra civil. La Liga Libia de Derechos Humanos ha elevado a 6.000 los muertos, de ellos 3.000 en Trípoli y 2.000 en Bengasi, en las últimas dos semanas. Y Muamar Gadafi amenazó con «otro Vietnam». Mientras, el Gobierno provisional con sede en Bengasi pidió ayer incluso ayuda internacional en forma de bombardeos selectivos sobre las fuerzas leales a Gadafi. Lo que no significa, como insistió Abdelhafez Goqa, portavoz del denominado Consejo Nacional, que se autorice una presencia militar extranjera sobre el terreno.
Brega, donde hubo al menos una decena de muertos, fue escenario de encarnizados combates entre ambas partes desde la madrugada del miércoles. Cuando este corresponsal salió de la ciudad antes de caer la tarde la batalla se libraba en el oeste de la población, en los alrededores del campus universitario, el aeropuerto, el puerto y la zona industrial. Los insurgentes aseguraban tener rodeadas a las tropas de Gadafi. Dijeron incluso que tenían varios prisioneros. El ruido de la artillería pesada de unos y otros se escuchaba desde distintas zonas de Brega, que avanzada la tarde volvió a estar bajo control de la insurrección.
El vuelo de aviones militares enviados por Trípoli fue incesante durante toda la jornada sobre un cielo encapotado por una tormenta de arena. Este periodista fue testigo en dos ocasiones de cómo bombarderos Mig dejaban caer su carga sobre la población. La primera, en la zona de la universidad y el aeropuerto. La segunda, a unos 150 metros del cruce de carreteras en el que se encontraba junto a varias decenas de milicianos que esperaban avanzar para entrar en combate. Se vivieron momentos de gran tensión ante la posibilidad de que el MIG diera media vuelta. Desde tierra disparaban a los aviones con kalashnikov, lo que suponía un desperdicio de munición, y desde las baterías antiaéreas respondían al grito de «¡Alá ju Akbar!» («¡Alá es grande!»).
El hospital de Brega fue un caos durante toda la jornada. Las ambulancias iban y venían desde la línea del frente con los heridos. También eran trasladados en vehículos particulares. Llegaban al centro médico en medio de los gritos de decenas de familiares y vecinos que se concentraban en las puertas. El personal sanitario tenía que hacer grandes esfuerzos para poder meter las camillas en la zona de urgencias. Una mujer mayor se afanaba por limpiar los regueros de sangre. «No estamos preparados para este tipo de emergencias», se lamentaba el doctor Naser El Sohbi. «Las ambulancias tienen problemas para trabajar porque los hombres de Gadafi tratan de quedárselas en cuanto salen», añadía. Algunos testigos afirmaron haber visto sobre el terreno a mercenarios de Chad combatiendo para Gadafi, segun AFP.
Otros países africanos, como Malí, Kenia o Níger, han enviado también guerrilleros al servicio del dictador, según el Gobierno provisional rebelde con sede en Bengasi, desde donde ayer se pidió ayuda al exterior en forma de bombardeos sobre las posiciones de los leales a Gadafi.
«¡Gloria a los mártires!»
Pasadas las 13.00 horas el tumulto se desbordó cuando, haciendo sonar el claxon apareció a toda velocidad un todoterreno con cuatro cadáveres en la parte de atrás. «¡Gloria a nuestros mártires!», gritaba el pueblo enfurecido. Mientras, las lágrimas rodaban en dirección a la mascarilla por el rostro de algunas enfermeras. Subido encima del vehículo el doctor Sohbi trataba de poner calma levantando los brazos, pero todos los presentes querían estar los primeros para tratar de reconocer los rostros de los fallecidos. Uno de ellos llevaba un tiro en la sien y la cara cubierta de sangre y arena. Desde Bengasi, la autoridad provisional en la parte este del país estimó las víctimas mortales de Brega entre 10 y 15 solo en el lado de la insurrección.
La ciudad de Brega es el punto más al este de Libia donde se están librando combates. Las intenciones de Gadafi, según los vecinos y los militares de la revolución son claras: recuperar este punto estratégico para la economía del país, ya que concentra importantes infraestructuras petroleras, que son —casi en exclusiva y junto al gas— la base de la economía del país magrebí.
La oposición también es consciente de ello. La carretera que lleva desde Bengasi a Brega pasando por Ajdabiya —unos 250 kilómetros— era un goteo constante de vehículos todoterreno con rebeldes armados con kalashnikovs y ametralladoras. También circulaban en dirección al frente de Brega camiones cargados con baterías antiaéreas y lanzamisiles. Hacían sonar las bocinas y levantaban los dedos haciendo la señal de la victoria. En uno de los controles, más de un centenar de milicianos hicieron oración por la mañana. Algunos se arrodillaban en dirección a La Meca con sus armas sobre la tierra. Durante un breve sermón se pidió por la liberación de todas las ciudades del país
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