miércoles, 15 de diciembre de 2010

SEXO SEGURO PARA TODOS ...!!! Y FELIZ NAVIDAD ...!!!

Además de ser una fuente de placer, el sexo mejora el funcionamiento orgánico y la piel
Además de ser una fuente de placer, está probado que mejora el funcionamiento orgánico a nivel general, así como el estado de la piel. Una especialista destacó que “cuánto más sexo se tiene, más se desea tener” y, contrariamente, la falta de sexo provoca baja de deseo. El sexo tiene muchas ventajas que deben ser reconocidas para evitar el abandono en el que caen muchísimas personas. Nadie valora ciertos atributos del sexo placentero, cuando comprendemos porque es importante darle prioridad a esta conducta humana cambia nuestra calidad de vida.
El sexo mejora nuestro funcionamiento orgánico a todo nivel, ya que la frecuencia permite refrescar los órganos con el reflujo sanguíneo que permite bombear a los mismos, a medida que se considera el sexo de forma ritualizada, se puede ver la capacidad mágica que tiene para mejorar desde la piel hasta los órganos que son esenciales para la vida.
El sexo es una fuente de placer, por lo tanto su ejecución más el deseo sexual. Cuánto más sexo se tiene más sexo se desea tener.
Por eso cuando hablan mis pacientes del deseo hipoactivo me percato que hacen referencia muchas veces a un síntoma que deviene de la renuncia al mismo creyendo que es porque se perdió el deseo, no sabemos sin embargo que la mayoría de las veces la situación se invierte y la falta de sexo provoca la baja del deseo sexual. Por eso apoyándome en razones justas y científicas aconsejo a mis pacientes o no disminuir la frecuencia sexual porque además de llevar a parejas apáticas produce perjuicios en cuanto al deseo.
Una manera de estimular el deseo es utilizar la fantasía, no debemos temer a las fantasías, a veces los pacientes relatan que tienen que ir aumentando la intensidad en cuanto a lo que imaginan y después amanecen con un sentimiento de culpa extremo, por ejemplo, asociado a pensar que esa fantasía que les produce mucha satisfacción y que la entienden como peligrosa para su sexualidad es la que los lleva a un estado de impotencia frente al peligro inminente que pensarlo es desearlo y por lo tanto querer llevarlo a lo concreto y real, entonces temen por su identidad sexual, y por su elección de conducta sexual.
La riqueza y el poder en la cama que tiene el juego variado de fantasías suele ser casi inexplicable para los pacientes que sienten que no dejaron que esta parte lúdica se desarrolle por completo por temor a tener que cambiar una forma de vida, y comprender que empiezan a fallar con algunos aspectos de su propia sexualidad que amenazan su seguridad sexual.
En las puertas del Edén es una forma de decir acerca de todos los placeres que pueden existir cuando la sexualidad se enriquece con condimentos y para eso es necesario aprender de cada tipo de conducta sexual, ya sea con la pareja o en forma individual.
El sexo rejuvenece, mejora el humor por las hormonas endorfinas que suelen otorgar un buen estado mental o una sensación de gratificación, el sexo puede alejar estados depresivos y quitar todo sentimiento negativo que perturbe. Es como levantar la autoestima y provocar un estado de rejuvenecimiento.
Los pacientes más acongojados por su renuncia a un juego que es esencial para el individuo, como es el juego sexual, suelen entrar en estados de preocupación que los lleva a exacerbar el motivo y creer que su sexualidad no sólo retrocedió sino que está absolutamente bloqueada, como el pensamiento se torna persecutorio entonces buscan otra preocupación que los lleva a buscar las consecuencias de esta evitación, lo primero que piensan es que no pasa por la cabeza ni por el estrés, sino que pasa por algún tipo de enfermedad que los volverá asexuados por siempre.
Esto es erróneo, la falta de deseo sexual no debe ser tomada como una enfermedad eterna, al contrario siempre tiene etapas en donde por el humor, la negatividad, el estrés o la necesidad de padecerla para romper vínculos que no pueden desatarse de otra forma, o sea que todos los individuos tienen distintos relatos y sentidos a esta falta pero en general todos tienen la misma sensación de mutilación y pérdida que se expresa con tristeza.
Pasar por alto esta situación para no tomar el asunto en serio no sólo va en perjuicio de la relación, sino que es una manera de promover otras dificultades orgánicas hasta desconocidas. En cambio mentalizarse de que las puertas del Edén son posibles y que uno puede elegir llegar fácilmente y que no debemos pensar que es cuestión de la actitud de un otro sino de uno mismo, sin duda que es así. Pensar que no deseamos porque el otro no puede provocarnos es proyectar el problema en el mundo externo y no tomar las riendas para lograr la solución

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